Rafa Gil, el autor del relato que hemos leñido para La lectura del grimorio responde a algunas preguntas sobre su historia
Durante la semana pasada leímos en nuestro club de lectura online «Quizás prefiero que duela» de Rafa Gil, un relato de fantasía protagonizado por dos criaturas que son diferentes caras de una misma moneda.
«Sash acaba de adquirir consciencia sobre sí misma. Se ha despertado en un lugar desconocido, hostil y junto a Eisen, una criatura similar a una estrella hecha de llamas. Sash y Eisen han nacido por segunda vez y la incertidumbre las rodea.Tendrán que investigar el mundo de su alrededor y decidir a dónde ir en un lugar diseñado para que sufran».
Para cerrar el ciclo, le hemos hecho algunas preguntas a Rafa con las que entender mejor el contexto de la obra.
Tened en cuenta que es posible que haya spoilers.
¿Cómo surgió este relato? ¿En qué momento vital decidiste escribirlo?
La verdad es que se trata de un relato muy personal que representa una época muy inestable de mi vida. Soy una persona que le da muchas vueltas a todo, y en especial a esas preguntas que no tienen respuesta, pero que a mí me inquietan mucho. Tanto Ardiente, como Sash, Eisen y las breas las considero materializaciones de todo lo que me pasaba en ese momento.
Tengo una relación complicada conmigo mismo. Sin entrar en muchos detalles, diré que este relato encierra varias verdades dolorosas sobre mí y está íntimamente relacionado con la salud mental. De hecho, ese es el motivo principal por el que me animé a compartirlo. Porque pensé que, si a mí me había servido escribirlo para superar una mala racha, quizás a otra persona le sirviera leerlo.
¿Tuviste algún tipo de dificultad para desarrollar la acción o lo tenías todo claro?
En general tenía muy claro el concepto y lo que quería llegar a transmitir. No tuve problemas a la hora de diseñar los personajes y la dirección narrativa también la tenía controlada. Sin embargo, tengo que reconocer que me atasqué mucho tanto al principio como al final.
Por una parte, me di cuenta de que solo con la historia no bastaba para dar a entender lo que era un etéreo, al menos no sin recurrir a explicaciones de terceros de las que no soy muy fan, y también tenía la sensación de que faltaba algo, motivos por los que decidí añadir el prólogo a posteriori. E incluso así, sigo pensando que es demasiado abstracto y técnico y que se podría mejorar bastante.
El verdadero dilema lo tuve con el final, porque de alguna manera implicaba salir del relato y tomar una decisión en cuanto a mis propios sentimientos; si quería tener esperanza o no. Estuve muy dividido entre el final que tiene ahora y otro mucho más turbio y sangriento que habría dejado muy mal sabor de boca, pero al final decidí decantarme por el final menos trágico, aunque entiendo que quizás no dé esa sensación.
Es una historia difícil de resumir o de explicar. Especialmente a sus personajes. ¿Cómo presentarías tú a los personajes de «Quizás prefiero que duela»?
Creo que la forma más sencilla de entender a Sash y a Eisen es verlas como esas dos vocecillas que tenemos todos en la cabeza y que definen nuestra forma de ser. La ilusión repentina por hacer o decir algo, y la réplica inmediata, e incluso intrusiva, que te baja los pies a la tierra. La esperanza y el pesimismo, disfrazado de realismo, o la inocencia y la resignación. En el fondo yo creo que todos tenemos un debate constante con esas dos, y otras tantas voces, y era un poco lo que buscaba transmitir con las dos protagonistas, ese vaivén entre positividad, realismo y negatividad.
En el caso concreto del relato, la voz de Sash tiene más protagonismo porque es la que tiene más peso en mí, lo reconozco.
¿Tuviste algún tipo de referencia a la hora de escribir este relato?
No tuve una fuente clara de inspiración, sino que consolidé una idea en la cabeza en base a mi situación personal, y ya con el concepto claro empecé a rescatar personajes y obras que guardaban relación. Y a su vez, esos mismos elementos fueron cambiando ligeramente mi visión de las criaturas y de los protagonistas hasta que tomaron la forma actual.
Como curiosidad, al principio los etéreos iban a ser humanos envueltos en llamas, pero por ese dinamismo de referencias acabaron siendo criaturas ambiguas y confusas que apenas se pueden imaginar.
¿De dónde surgió la idea de Ardiente?
Ardiente es el resultado de preguntarme a mí mismo qué pasaría si pudiera ser feliz siempre, para siempre. A su vez, razoné que una criatura con esas características apenas podría pensar, pues el razonamiento, la imaginación y la interpretación la llevarían a conclusiones no siempre placenteras, y eso es imposible según nuestras condiciones iniciales. Tampoco podría tener un cuerpo con nociceptores, ni un sistema nervioso que reaccionara a estímulos dañinos… En conclusión, tuve que recurrir a mi preciada fantasía para darle vida a una bola de energía, pero con la suficiente complejidad como para experimentar un placer similar al nuestro. Y como en nuestro mundo la mayor fuente de energía es el sol, Ardiente debía ser una estrella también.
¿Tienes más cosas publicadas en algún lado?
Tengo un relato publicado en la antología «Juglares de fantasía», pero el resto de mis relatos y las dos novelas que he escrito las tengo guardadas en mi ordenador.
¿Cómo te gustaría continuar con tu perfil de autor? ¿Qué objetivos tienes?
Hace ya algunos años que dejé de compartir y promocionar mis historias. Sigo escribiendo activamente y tengo muchos proyectos en mente, pero ahora mismo escribo más como terapia y no tengo esperanzas de publicar ni de participar en certámenes. Eso sí: de aquí a unos años, cuando tenga algo de dinero ahorrado, me gustaría inscribirme en cursos de escritura, porque me encantaría mejorar y aprender nuevas técnicas, estilos, recursos… Y mi sueño ahora mismo es invertir lo que haga falta para tener un libro con mi nombre y una portada preciosa en mi estantería.
Con «Quizás prefiero que duela» cerramos el segundo ciclo de nuestro club de lectura. Descansaremos un par de semanas antes de empezar el siguiente. Mientras tanto, os recordamos que todos los relatos se pueden seguir leyendo a menos que indiquemos lo contrario por circunstancias especiales, que se pueden dejar reseñas en cada uno de ellos y que si queréis participar en esta actividad podéis enviarnos vuestras propuestas editoriales a: clubgrimorio@akelarreediciones.com
Aquí podéis leer más información sobre la iniciativa, aunque también podéis encontrar detalles en nuestras redes sociales: